La nutrición también es un contenido a enseñar

A lo largo de todo el curso hemos ido aprendiendo cómo los alimentos nos aportan todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para afrontar la actividad diaria, y a combinarlos adecuadamente para obtener una dieta no solo equilibrada sino al mismo tiempo que satisfaga otras necesidades, como el gusto por comer.

Si uno dispone de tiempo suficiente (y es cuestión de querer sacar ese tiempo), puede cambiar sus hábitos para aplicar técnicas diferentes de cocinado, seleccionar ingredientes, elaborar recetas...  Y todo ello como consecuencia de una planificación previa de lo que quieres comer, partiendo de lo que necesitas comer.

El problema viene dado cuando, como consecuencia del estilo de vida que en muchas ocasiones nos vemos obligados a "sufrir", no disponemos de ese tiempo, es más, ni siquiera tenemos la posibilidad de decidir qué queremos comer, y tenemos que realizar alguna de nuestras ingestas fuera de casa.  Especialmente, a mediodía, que es cuando en nuestro país solemos realizar la principal comida.

Si en los adultos esto supone un problema para llevar una dieta sana y equilibrada, pudiendo como personas racionales que somos el poder elegir un restaurante u otro, o llevar nuestra propia comida preparada de casa, y seleccionar diferentes platos de un menú, en el caso de los niños que tienen que comer en el colegio es más necesario aún si cabe educar adecuadamente y concienciar de la necesidad de una alimentación completa y variada.

Afortunadamente, en los últimos años se ha mejorado mucho en la elaboración de menús escolares y de otras colectividades.  Los aportes nutricionales se ajustan, en la mayoría de los casos, a las prescripciones de las autoridades sanitarias, y los padres muestran preocupación por conocer qué comen y en qué cantidades sus hijos.  Los controles por parte de la administración ayudan también a que estos menús se ajusten a lo que necesitan los niños, en una etapa de crecimiento.

En alguna reflexión anterior, en este mismo blog, he elucubrado sobre la conveniencia de incluir la alimentación en el currículo escolar.  Es algo que, de forma transversal, ya se viene haciendo; casi todos los colegios llevan a cabo algún tipo de "jornadas de la salud", en las que se trabajan estos temas, o participan en programas educativos como "desayunos saludables", aconsejando sobre el almuerzo que deben llevar cada día los chavales.

Tal vez, para dar más contenido curricular, la alimentación tendría que estar contemplada dentro de la asignatura de "Educación Física".  No es solo gimnasia, el ser bueno en un deporte u otro y conocer sus reglas.  Esta asignatura tiene como objetivo saber qué debemos hacer para mantener una buena condición física, no en la infancia, sino en la adolescencia y sobre todo en la etapa adulta.  Y esto incluye tanto el ejercicio físico como la alimentación.
 
Fuente: sites.google.com/site/webquestreinaldor

Aquí es donde deberían trabajarse estos contenidos curriculares, intentando implicar a las familias en esta tarea.  Al fin y al cabo, ¿cuántas veces nos ponemos los papás a hacer deberes con los hijos?  Pues es cuestión de preparar actividades en las que, sin llegar a ser deberes al uso, sea bueno que se realice alguna tarea de forma conjunta, que muestre la implicación de todos en este proceso.  Desde ir a la compra, con una lista previamente preparada, hasta cocinar recetas saludables, grabarlo en vídeo, mostrarlo en un blog...  Es cuestión de imaginación, la tecnología es nuestra aliada para conseguir captar la atención de los niños.

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